CLAVES PARA CONDUCIR SEGUROS

ALERGIA EN MOTO

Con la llegada de la primavera, la Dirección General de Tráfico (DGT) recuerda que las mayores incidencias de alergia al polen se producen de abril a junio. No es algo para tomárselo a broma, pues, como explicamos a continuación, los cuadros alérgicos pueden afectar muy negativamente a la conducción. ¡Sigue leyendo!

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), las enfermedades alérgicas por pólenes afectan en nuestro país a más de ocho millones de personas. ¡No es para tomárselo a broma! Sobre todo, en materia de seguridad vial.

Al respecto, desde la DGT observan que los efectos de la alergia al polen, como los estornudos, el lagrimeo o el moqueo, disminuyen la atención a la conducción y aumentan hasta un 30% el riesgo de sufrir un accidente de tráfico. Para que os hagáis una idea, circular a una velocidad de 90 km/h y estornudar varias veces durante cinco segundos supone recorrer casi 150 metros a ciegas. ¡Más de la longitud de un campo de fútbol!

PRINCIPALES SÍNTOMAS

Aunque ya hemos mencionado algunos, vamos a repasar los síntomas de la alergia al polen. Los más conocidos son los estornudos frecuentes y la secreción nasal abundante, el picor y el lagrimeo en los ojos, incomodidad ante la luz diurna o artificial, problemas para respirar, sensación de ahogo o falta de aire, tos…

Del mismo modo, en la sintomatología figuran fatiga y cansancio, alteraciones del sueño y somnolencia diurna, irritabilidad y depresión. Manifestaciones, todas ellas, que pueden dar lugar a un siniestro de circulación. Por dicho motivo, si en la época primaveral se padece alguno de estos síntomas hay que visitar a un alergólogo.

CONDUCCIÓN SEGURA

Lo más probable es que os recete antihistamínicos. Pero, ¡ojo! Dificultan la concentración, disminuyen los reflejos y generan inquietud y somnolencia. Así pues, influyen en la conducción de forma negativa. ¡Conviene tenerlo en cuenta! Y al margen de la medicación, es importante poner en práctica una serie de recomendaciones a la hora de montar en moto. Para empezar, consultar los niveles ambientales de pólenes en sitios web oficiales o a través de apps para alérgicos.

A ser posible, es aconsejable usar un casco integral o modular (cerrado) con acolchado hipoalergénico. Y si se abre la mentonera del segundo, o se utiliza un modelo de tipo jet, ponerse una mascarilla de tipo FFP2 –por cierto: algunos fabricantes de equipamiento para motorista venden productos específicos–, una bandana o un pañuelo ayudará a protegerse.

Asimismo, para la conducción diurna se agradecerá contar con una visera ahumada o gafas de sol polarizadas adquiridas en una óptica. Por último, debe evitarse circular en la horas punta del día y practicar rutas o actividades moteras al aire libre si el nivel de polinización es alto.